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CUERPO, MOVIMIENTO Y ARTE

Sus inicios en las artes marciales se fusionaron con la danza contemporánea donde pudo crear su propio espacio. Santiago Campos, a sus 30 años, nos invita a descubrir su pasión en el mundo del movimiento, y nos cuenta: “Entre los deportes y las disciplinas que probé, que considero que fueron muchos, la danza se lleva el primer puesto con respecto a rendimiento físico, mental y espiritual”.

Foto Flavia Moyano

Háblanos sobre tus inicios en el mundo de las artes marciales.

Mis comienzos en las Artes Marciales me hacen volver al año 2006, cuando tenía 15/16 años. En ese momento practicaba boxeo y hace bastante que estaba buscando un Arte Marcial para probar. Una tarde una muy amiga del colegio me comenta que había empezado a practicar el arte marcial de los Ninjas. Me invitó y, sin dudarlo, fui a probar una clase. Todavía tengo grabada en la retina la primera clase que tomé. Dictada por Diego Romero. Mis inicios en una disciplina, en algo más que golpes, proyecciones y estrangulaciones.

Foto Flavia Moyano

¿Cómo llegás a la danza y qué estilo hacés?

En mi primer año en Ushuaia trabajaba en un hotel y dictaba clases de Ninjutsu. La temporada terminó y me quedé sin trabajo en el hotel. Las clases no me daban el suficiente dinero para pagar el salón. En la búsqueda de un lugar y gracias a esas vueltas del universo, caí en un estudio de danza. En este estudio me recibió una persona fundamental en mi trayectoria, mi maestra y amiga Valeria Gordillo. En Más Danza, mi segunda casa, arranqué con técnica clásica y danza contemporánea. En el estilo que más me estoy desenvolviendo en el presente es en la danza contemporánea, danza experimental, sin dejar de lado la investigación del movimiento propio.


Fusionás el arte marcial y la danza, ¿cuál es el resultado?

Conscientemente las fusionó todo el tiempo, algunas más conscientes que otras. La disciplina que conlleva tanto el arte marcial como la de la danza se acerca más a una manera de vivir. Me levanto con la cabeza en movimiento y me duermo de igual manera. Alguien me abraza y en mi cabeza visualicé todas las palancas posibles por hacer. Es algo natural. Sucede. Ahora no me van a querer abrazar más, ¡ja! Por eso también creo que se fusionan solas. La danza, el movimiento, están en todos lados. Sin darnos cuenta vivimos bailando. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Incluso en el inconsciente, cuando soñamos es donde más bailamos. Inconscientemente pasa eso. Cuando sucede consciente, ocurre la magia, que los que bailamos no podemos explicar, sino compartir.

Mas Danza Ushuaia

¿Cómo es tu entrenamiento?

Mi entrenamiento tiene que ver ahora en su totalidad con la danza. Tengo un plan bastante riguroso. La fuerza del core, del centro, es esencial. Todos los días, en algún momento del día, hago 1000 abdominales, además de asistir y dictar clases. Siempre el trabajo físico del entrenamiento nos ayuda a los que trabajamos con el cuerpo a evitar lesiones posibles. Por eso, para mí, es muy importante. Y en mis clases, siempre, la entrada en calor y el entrenamiento son vitales, para la seguridad de cada uno, claro…

Foto Flavia Moyano

¿De qué se trata el Genoma y cómo surge?

Genoma es una compañía de danza independiente, con la particularidad de que todos los integrantes son de género masculino. Genoma está en la búsqueda constante de generar un lenguaje único. Un movimiento a partir de una sensación, a partir de una idea. Queremos que la gente que nos ve diga algo más que el famoso “¡qué lindo!”. Ya subimos un adelanto del primer trabajo audiovisual a nuestro Instagram @genoma.Ushuaia por si quieren verlo. La idea surgió en conjunto con mi amigo Martín Pereyra, un artista, bailarín y persona increíble. Por el momento somos doce los integrantes de la compañía y espero que se sigan sumando. Estamos con muchas ideas y proyectos para lo que queda del año y el que viene.


¿Qué consejo le darías a un chico que quiere empezar en la danza?

¿Un consejo? Que debería haber empezado ayer…, ja, ja. La danza no son solo tutús y calzas rosas, como la gran mayoría piensa. Y si querés tener tutús y calzas rosas ¿qué? Entre los deportes y disciplinas que probé, que considero que fueron muchos, la danza se lleva el primer puesto con respecto a rendimiento físico, mental y espiritual. Más allá de los prejuicios que la sociedad retrógrada siga inventando, los invito, para quien quiera conocerse de manera total. Para quien se quiera sincerar con su cuerpo, para quien quiera disfrutar. Y si no querés probar porque te parece que la danza es una actividad que no requiere de fuerza o entrenamiento, hacemos un trato, vení a mi clase, hacés la clase gratis. Si la hacés y no flaqueás, te regalo un chocolate. Si flaqueás, tenés que hacer todo el mes de clase.

Foto Flavia Moyano

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