CONCIENCIA AMBIENTAL EN NUESTRA CIUDAD
¡Qué afortunados somos quienes vivimos en la bellísima Ushuaia!, una ciudad encantadora por donde se la mire. Sus paisajes, su bosque y su entorno son un regalo que no podemos dejar de apreciar. Por ello es muy importante cuidar y respetar nuestro medio ambiente. En esta edición hablamos con Maia Muriel, de “A limpiar Ushuaia”, para que nos cuente sobre el enorme trabajo que realizan entre todos los integrantes de ese movimiento ambientalista.
En primer lugar, nos gustaría saber qué es “A limpiar Ushuaia” y quiénes la conforman.
MM: Somos un grupo de vecinas voluntarias de Ushuaia que soñamos con vivir en una ciudad mejor, y decidimos trabajar para concretar ese sueño.
¿Cómo surge la propuesta?
MM: A partir de una reunión que se organizó con vecinas, en septiembre de 2016, con la intención de llevar adelante acciones que nos permitan reducir la cantidad de residuos presentes en la ciudad. Partimos de la idea de organizar jornadas barriales de limpieza en octubre (mes del aniversario de la ciudad) y convocar voluntarios a través de las redes sociales. Luego, el grupo se fue consolidando y actualmente la Mesa de Planificación está compuesta por Lucila, Gabriela, María Marta, Gaby y yo, siendo las responsables de coordinar y acompañar las actividades que se publican en la web bajo el logo de “A limpiar Ushuaia”.
¿Cuál es el objetivo que tienen por delante como grupo?
MM: Nuestro grupo busca generar conciencia ambiental y promover la educación ambiental entre los ciudadanos. Todos somos responsables de los residuos que se generan y todos podemos ser parte de la solución. Nos parece fundamental salirnos de la queja, involucrarnos y promover acciones positivas. Queremos generar el compromiso de cada persona con su barrio, construir redes que nos permitan compartir recursos y experiencias, aprender haciendo y hacer aprendiendo, crear una sinergia que permita, en el futuro, que cada sector logre el impulso necesario para que “A limpiar Ushuaia” deje de ser necesario.
Quienes quieran participar, ¿cómo pueden hacerlo?
MM: La participación es posible de diferentes maneras: proponiéndose como líder voluntario/voluntaria, participando en las actividades que se proponen, o donando insumos o servicios necesarios para que el proyecto pueda avanzar.
¿Qué proyectos están llevando adelante en este momento?
MM: Tenemos varias campañas en curso:
TU TAZA VALE: los comercios gastronómicos de la ciudad adheridos ofrecen un descuento a los clientes que concurran con su vaso/taza personal a comprar infusiones para llevar, así no utilizan vasos descartables.
LAS COLILLAS SON BASURA: realizamos jornadas de recolección de colillas, compartimos información en las redes para concientizar acerca del daño que causan al medio ambiente; además, llevamos adelante un proyecto de confección de colilleros reciclados a partir del descarte de matafuegos que serán entregados a comercios de la ciudad.
PATAGONIA O PLÁSTICO: a partir de la evidencia científica que determina que el plástico presente en la vajilla es nocivo para la salud, impulsamos la creación de la Ordenanza 5582 mediante la que se prohíbe la entrega de plásticos descartables (de un solo uso) para consumo de alimentos dentro de locales gastronómicos.
DESAFÍO INVIERNO: bajo el hashtag #queseanretornables, esta campaña permite visibilizar el problema de las botellas de vidrio que se descartan día a día, y que son encontradas en las limpiezas. A partir de la interacción entre entes gubernamentales, empresas y comercios locales se busca implementar el circuito de ENVASE RETORNABLE en la Isla.
¿Qué buscan con estas diversas propuestas?
MM: Sumar voluntarios, incentivar a otros a iniciar sus propios proyectos, acompañar propuestas de otros grupos e instituciones. Establecer redes con personas y grupos que tienen intereses similares a los nuestros y que promueven los hábitos saludables desde la acción colectiva. Desde nuestros inicios, siempre tuvimos el objetivo de fomentar hábitos que incentiven la reducción de residuos, la reutilización de materiales y la sustitución de aquellos que implican un costo ambiental muy alto. Si bien comenzamos con limpiezas organizadas a partir de las necesidades que planteaban los vecinos, poco a poco fuimos creciendo y generando actividades que permitan a la comunidad saber un poco más acerca de los beneficios de cuidar nuestro medio ambiente, como la Jornada Manos a la Tierra, que realizamos en 2018 y 2019, que consistió en un evento de dos días con charlas y talleres multidisciplinarios (de jardinería, danzas, ecología, gastronomía, artes visuales) cuyo eje es el amor por la naturaleza.
Además de todas estas actividades cuentan con el proyecto “A sembrar Ushuaia”, ¿de qué trata?
MM: “A sembrar Ushuaia” surge a partir de la necesidad de recuperar espacios verdes públicos y embellecerlos con plantines de lupinos, esquejes y renovales de árboles nativos y semillas de variedades locales, de tal forma que se integre a aquellos vecinos y vecinas que no se sientan atraídos por la idea de limpiar, pero quieran sumarse y ser partícipes activos de una solución.
¿Cómo se llevó adelante “Semillas al viento”?
MM: Nos contactamos con establecimientos educativos de distintos niveles con un proyecto concreto: Sembrando conciencia en las escuelas, que luego se transformó en “Semillas al viento”. Una iniciativa que fue muy aceptada por toda la comunidad, que permite conservar y posteriormente reproducir semillas en condiciones agrestes en suelos diversos. Los niños de nivel inicial fueron los más interesados, llevaron adelante, incluso, un proyecto a largo plazo donde vieron todo el desarrollo de una planta. Estamos felices por lo que hemos logrado hasta acá y nuestra satisfacción es grande cuando las personas se comunican para hacernos saber de su interés en participar o cómo han realizado cambios en su casa o en su barrio a partir de
la información que compartimos. Siempre estamos actualizándonos y aprendiendo un poco más cada día, e intentamos participar en jornadas, ferias y eventos en los que podamos compartir nuestra experiencia de voluntariado, para multiplicar la iniciativa y, quizá, generar un impulso para que otros grupos de voluntarios se organicen y trabajen para mejorar el lugar en el que vivimos.
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